martes, 13 de octubre de 2015

Muerte y tumba



  Cervantes falleció en Madrid a la edad de 68 años (1547-1616) de diabetes, en la conocida Casa de Cervantes, situada en la esquina entre la calle León y la calle Francos, en el barrio de las Letras o barrio de las Musas, en el entorno del conocido Madrid de los Austrias. Cervantes deseó ser enterrado en la iglesia del Convento de las Trinitarias Descalzas, ya que cuando fue llevado preso en Argel, la congregación de los trinitarios ayudó, recogieron fondos para que él y su hermano Rodrigo fueran liberados.
  El convento actual ¿Qué convento? fue construido en distintas fases. En el momento en que Cervantes fue enterrado allí ¿dónde?, el convento tenía una capilla pequeña con acceso por la calle Huertas, pero posteriormente fue edificada una iglesia mayor en el mismo sitio y se trasladó a este nuevo templo a las personas que se encontraban enterradas en el anterior. El cuerpo de Cervantes también fue trasladado. El 21 En julio de 2011, una serie de investigadores españoles se propusieron encontrar los restos de Cervantes explorando las diferentes partes del convento, de 3000 metros cuadrados, para investigar mejor su aspecto físico y las causas de su muerte.
  El 24 de enero de 2015, el grupo de investigadores, dirigido por el forense Francisco Etxeberria, anunció haber encontrado un ataúd con las iniciales «M.C.», el cual fue sometido a estudio para determinar con exactitud si los huesos en él contenidos eran los del célebre escritor,  aunque al día siguiente la epigrafista de la UAM Alicia M. Canto recomendó cautela, ya que las letras podían leerse en realidad «M. G.», y su tipo y técnica corresponder más bien al siglo XVIII. Al día siguiente se anunció que «el comité científico reunido en las excavaciones llegó a la conclusión de que los huesos no corresponden a los del escritor, puesto que pertenecerían a personas de menor edad». Finalmente, el 17 de marzo de 2015, los expertos anunciaron que «tras las evidencias de las pruebas históricas, arqueológicas y antropológicas, se ha podido acotar la ubicación de los restos en una concentración de huesos, fragmentados y deteriorados, correspondientes a diecisiete personas, entre los que posiblemente se encuentren los de Cervantes y su esposa. No pudieron hacer el ADN a los cuerpos encotrados, ya que además de ser un proceso largo y costoso, no podían comparar los resultados con nadie. De modo que el único método posible para tratar de identificar los restos de Cervantes es la “caracterización antropológica”, que se basa en los datos que conocemos de la fisonomía del “manco de Lepanto”, que recibió tres arcabuzazos durante aquella batalla naval: dos en el pecho y uno en la mano izquierda. Lo que no está claro es si perdió la mano o simplemente le quedó inutilizada. Así, los expertos buscaron a alguien con amputación o atrofia en la mano izquierda, con posibles lesiones en el tórax y con otras particularidades de las que el propio autor dejó constancia en sus escritos pocos años antes de morir: cargado de espaldas, con nariz curva y con seis dientes como máximo, pues perdió todos los demás en vida. 
(Estudio sobre el cuerpo sin vida de Cervantes: http://www.batanga.com/curiosidades/8219/cientificos-encuentran-la-posible-tumba-de-miguel-de-cervantes-autor-de-don-quijote-de-la-manch)

Nota: 1.
Copia literal de la fuente de información. 

 

Placa esculpida dedicada a Miguel de Cervantes en la fachada norte del Convento de las Trinitarias de Madrid.
 
Restos hayados hallados, supuestamente de Miguel de Cervantes.

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